Cómo Camila construyó una nueva vida
Millones de personas en los EE. UU. tienen problemas tanto con su salud mental como con el consumo de drogas o alcohol. Camila es una de esas personas.
Camila es valiente y generosa.sirvió en el ejército. es una excelente mamá.
Pero desde hace un tiempo, empezó a sentirse deprimida y ansiosa. Su forma de beber se había vuelto peligrosa y poco saludable hasta que recibió tratamiento.
Mostrar valentía
Camila es una veterana del ejército que sirvió durante más de 8 años y estuvo destinada en todo el mundo. Dejó el ejército hace unos 2 años y está teniendo dificultades para adaptarse a la vida civil. Echa de menos la estructura de su antigua vida. No sabe qué hacer ahora que ya no está en el ejército y ha tenido dificultades para encontrar un trabajo significativo. En general, se siente desesperanzada y tiene dificultades para comer y dormir.
Para ayudarse a dormir, comienza a beber. Poco a poco, empieza a beber más y más temprano en el día. En cuestión de meses, no puede estar ni un solo día sin beber o se siente enferma. Un día, mientras conduce su carro, casi se sale de la carretera. Ese momento la asusta mucho.
Camila decide que no puede seguir así. Es hora de volver a tomar el control de su vida. Se acerca a su amigo del ejército, Juan, en busca de ayuda.
Prepararse para el tratamiento
El amigo de Camila, Juan, le cuenta sobre todos los servicios y apoyo que ofrece el Departamento de Asuntos de Veteranos (VA). Ella le pide ayuda para inscribirse en los beneficios de salud de VA.
Una vez que se aprueban sus beneficios, tiene una cita en línea (telemedicina) con su nuevo proveedor de atención primaria. Camila explica que se inscribió en la atención médica de VA porque realmente necesita ayuda para su problema de alcoholismo, depresión y ansiedad. Su nuevo médico la toma en serio y se da cuenta de lo grave que se ha vuelto el hábito de beber de Camila. Debido a que Camila bebe tanto y vive lejos de los centros de tratamiento, el médico deriva a Camila a un programa residencial, donde vivirá de manera segura mientras deja de beber.
Camila puede comenzar el tratamiento en 2 semanas. Está muy ansiosa por eso y piensa en no ir, pero con el apoyo de Juan, decide ir.
Encontrar comunidad
Después de completar el programa residencial, Camila regresa a casa y comienza a descubrir su nueva normalidad. VA la conecta con un grupo de apoyo de otros veteranos que se enfrentan al consumo de alcohol. A través de este grupo, se conecta con veteranos locales que entienden su experiencia y lo difícil que es adaptarse a la vida civil. La conexión la hace sentir menos sola.
Camila se une a un grupo de veteranos que se ofrecen como voluntarios una vez a la semana en el banco de alimentos local; le encanta ayudar a la comunidad y se da cuenta de que parte de lo que extraña de su vida militar es el trabajo en equipo y la retribución. Esto la ayuda a pensar en nuevos trabajos que quiere explorar.
Hablar abiertamente y con franqueza
Parte del tratamiento de Camila es ver a un consejero regularmente. Está viendo a alguien que VA cubrirá, pero no puede evitar sentir que el consejero no la entiende. Es difícil porque ella no quiere dejar la consejería ya que realmente la está ayudando a no recaer. Se siente ansiosa por tener que decirle a su consejero que siente que no está funcionando, pero lo hace de todas maneras. El consejero entiende, le dice que es una parte normal del proceso y se ofrece a hacer recomendaciones para otros que puedan encajar mejor.
No rendirse
Camila llama a los consejeros que le recomendaron. Después de llamar a 2 que no aceptan pacientes nuevos y a uno que no trabajará con VA, se siente extremadamente frustrada. Quiere darse por vencida y tomar un trago; todo se siente demasiado difícil. Pero en lugar de beber, llama a Juan. Envía correos electrónicos a otros 3 consejeros y finalmente encuentra uno que puede reunirse con ella la próxima semana.
Mientras espera, sufre una recaída, pero al día siguiente va a la reunión de su grupo de apoyo. Le aseguran que es normal y que cada día es un nuevo día.
Reflexionar
Ahora que Camila no ha bebido nada en más de 6 meses, ha creado una nueva comunidad de apoyo y ha encontrado un consejero que la ayuda a comprender cómo se siente, se pregunta por qué no buscó ayuda antes. Hoy en día siente que tiene las herramientas necesarias para comenzar su nueva vida.